La noche del 13 de febrero, el C3 Rooftop de Guadalajara se convirtió en el escenario de una velada súper "chill" cortesía de JMSN. Desde el primer acorde, el cantante estadounidense se adueñó del espacio con su inigualable energía y una voz que, en vivo, es aún más hipnotizante que en sus grabaciones.

En punto de las 9:00 de la noche, JMSN pisó el escenario del C3 Rooftop y la euforia explotó. Envuelto en una atmósfera en color rojo y vestido con su característico estilo relajado, el artista se mostró en total confianza, como si estuviera tocando para un grupo de amigos de toda la vida. Y así se sintió: íntimo, cercano, vibrante.

Con cada canción, el ambiente se cargaba de emoción. "Love me’" fue el primer gran golpe de la noche, con el público coreando cada línea mientras el cantante se movía con una fluidez magnética. El soul, el R&B y la vibra funk que caracterizan su sonido resonaban con una intensidad que nos ponía la piel de gallina. JMSN no solo canta, lo vive. Su entrega en el escenario es total, sus gestos, su forma de tocar la guitarra y su interacción con la banda tapatía crearon un espectáculo que se siente orgánico, natural y sin artificios.

Uno de los momentos más memorables llegó con "Talk is Cheap". La interpretación fue tan potente que por momentos, al menos yo, sentía que estaba dentro en un trance, que me llevaba a la cadencia de la música y la pasión que JMSN imprimía en cada nota. Y cuando llegó "Cruel Intentions", el Rooftop se convirtió en un mar de voces que coreaban, como si la canción fuera el himno de la noche.

El artista no solo se limitó a interpretar sus temas, sino que constantemente interactuaba con nosotros, lanzando sonrisas y gestos de complicidad entre sus canciones. Con sus característicos bailes, JMSN nos contagiaba de una fuerte dosis de energía qué fue evidente en todo momento, llenando el C3 Rooftop con una vibra positiva inexplicable. 

Fue una noche de pura magia musical. JMSN demostró su talento y confirmo, por experiencia propia, qué es un artista que hay que ver en vivo al menos una vez en la vida.